Gastar grandes cantidades de capital para pagar un lujoso laboratorio de innovación es lo que conocemos como la “F-sickness” en el mundo de la innovación. La “F” haciendo referencia a la palabra “fancy”. Ubicación estrafalaria, un nombre presuntuoso, personas elegantes. Seguramente conoces alguna iniciativa parecida. El problema la mayoría de las veces, y por lo que se considera una enfermedad para la innovación es que las observaciones indican que esforzarse en esta clase de aspectos suele llevar al laboratorio de innovación a un fracaso inminente.
Esta enfermedad afecta a muchas organizaciones, en especial a las que consideran las cosas elegantes como una forma de aumentar su reputación. El síntoma principal de la F sickness es confiar más en autoridades o apariencias por encima del análisis de datos. El inicio para comenzar a implementar una cultura de innovación en una organización no suele ser la creación de un laboratorio. Es mucho más efectivo iniciar con un análisis de 360 grados de la compañía.
El deseo por las cosas bonitas y elegantes en este enfoque, suele ser una necesidad de autoridad. La captura de la riqueza transmite la imagen del éxito. Aún así, no puedes ganar solo con aparentar ser exitoso. Los líderes de las organizaciones deben saber qué es de lo que son capaces y en qué están trabajando para conseguir sus metas. Una medición de sus capacidades reemplaza la F-sickness por datos. Básicamente si no sabes en dónde te encuentras no puedes saber hacia dónde dirigirse. Es por eso que debes conocer exactamente en qué eres bueno y cómo vas a llegar al siguiente punto para alcanzar tus metas.
Para saber más te recomendamos leer nuestro resumen del libro “Play Bold” de Magnus Penker
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